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Pelayo. Nos pidieron liar la mundial.

Y no nos quedó más remedio. Si Pelayo no iba al Mundial, el Mundial vino a Pelayo.

El reto:

En 2022 volvía a disputarse el Mundial de Fútbol, una competición en la que España estaba considerada como una de las favoritas, aunque al final nos quedamos fuera antes de lo esperado. Pelayo, patrocinador de nuestra selección, quería que sus empleados vivieran la competición como una verdadera peña futbolera, así que nos pidieron una acción para que vivieran una experiencia única en la oficina y mostraran su apoyo al combinado nacional. Pero era la primera vez en la historia que un Mundial iba a coincidir con la Navidad y con los regalos. ¡Tuvimos que fundir las dos celebraciones en una!

Los verdaderos fans hacen sus pronósticos de los partidos no solo cuando juega su selección. Así que para hacer una porra de los partidos del Mundial de Catar creamos “Regolazos”, una app interna que volvió locos a los seguidores del deporte rey que trabajan en Pelayo. Los ganadores, además de la honra, tenían la opción de ganar premios. Ni que decir tiene que la iniciativa enganchó a un montón de seguidores: se llegaron a apuntar más de 250 empleados a esta gran porra.

La sede de la peña, en Pelayo.

El colorido es fundamental cuando se habla de fútbol. Y más si quien se la juega es el equipo de tu país. Teníamos que transformar las oficinas de Pelayo en la sede de una peña de la selección e impregnarla con el espíritu de la Roja. Para conseguirlo, decoramos todos los rincones con skylines, carteles y banderas. Todo para que sintieran nuestro apoyo a más de 5000 kilómetros de distancia.

Ver el fútbol en compañía mola más.

Los partidos tienen que verse acompañados. Además, aquí no hay piques: todos queremos que gane el mismo equipo. Quisimos que los compañeros de trabajo fueran también hinchas de la selección, así que transformamos una de las salas multifuncionales que la compañía tiene en la sede de Madrid en un bar de futboleros al que no le faltaba nada. Tenía barriles-mesa, tapas, cervezas y una buena televisión para ver el partido.

La próxima vez será.

Irnos a casa en una ronda de penaltis no fue muy gratificante, pero nos quedamos con el buen rollo que tuvo todo el mundo y el ambientazo de los partidos. Objetivo cumplido con unos compañeros más unidos que nunca y que llevaron el patrocinio de Pelayo hasta las últimas consecuencias. Ya queda menos para el próximo Mundial. Tendremos que ir dándole una vuelta. 

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